La "Pata del Buey" es el nombre que recibe un promontorio rocoso situado sur de la población, en el límite del casco urbano, y al cual se accede a través de la carretera que circunda la población por la vertiente meridional. La formación rocosa es un capricho de la naturaleza que hace que una roca pequeña soporte el peso, en un asombroso equilibrio, de una roca de gran tamaño. Esta composición de piedra configura una pequeña cueva o abrigo en cuyo interior la naturaleza también se ha encargado de esculpir formas. Unas formas que después el hombre se ha encargado de asociar o identificar con huellas de animales o personas. Entre todas ellas destaca la de la "Pata del Buey". Una marca que se asemeja a la huella de un bóvido y que sirve para dar nombre al lugar.
UNA CURIOSA COSTUMBRE YA PERDIDA Hasta mediados del siglo XX en la localidad pacense de Afange. En las bodas, tras la ceremonia religiosa, el cortejo nupcíal, síempre por el mismo itinerario, se dirigía al Peñón de la Pata del Buey, peña situada en el limite sur del casco urbano, formada por una roca pequeña que soporta, como en equilibrio, otra mucho más grande, lo que configura una pequeña cueva o abrigo. Según la versión transmitida, de evidente interés, al llegar a la Pata del Buey se desarrollaba el baile y "en un momento de la fiesta, los novios desaparecían de la vista de la comitiva y entraban en la oguedad, donde el novio -según otras versiones, era la novia o eram ambos, miccionaba en presencia de su esposa". Este sorprendente rito se ha relacionado acertadamente con la fecundidad, pues, en efecto, parece referirse al acto de consumación del matrimonio. Esta interesante tradición da idea de lo poco que sabemos de los complejos ritos que originariamente se celebrarían ante peñas como esta, con simbolos de animales dotados de gran fuerza sexual, como el toro, u otros de carácter fálico como la Piedra del Herrero, el Penedo do Pecado y, por supuesto, ante muchos menhires. Fuente: Berrocales sagrados de Extremadura.
UN LUGAR MUY FOTOGRAFÍADO Desde las primeras series de tarjetas postales realizadas a comienzos del siglo XX en Alange, el peñón de la Pata del Buey ha sido un lugar muy fotografiado. Su caracter mágico y propiciatorio en la unión de parejas para hacerlas fértiles hizo que este lugar fuera punto de reunión en las bodas locales, una costumbre de la que se desconoce su orígen y que se fue diluyendo a partir de medidados del siglo XX.