En el Cerro del Castillo de Alange se encuentra el poblado mejor conocido del Bronce Pleno extremeño. Ubicado en un punto de gran dominio visual, buenas tierras y abundancia de agua, a cogió un hábitat aterrazado en ladera vinculado culturalmente al “Bronce del Suroeste”. Sus pobladores desarrollaron allí una economía agropecuaria, basada en gran medida en el cultivo de cereales.
En relación con ello, el pasado 2005 se descubrió una espectacular edificación de más de 19 por 6 metros, montada sobre una terraza e interpretada como un gran almacén de trigo, en función de la enorme cantidad de semillas carbonizadas aparecidas en su interior. Este hallazgo, fechado hacia el 3.360 antes del presente, permite inferir actividades de integración-redistribución gestionadas muy posiblemente por una “jefatura”.
Este yacimiento arqueológico se encuentra ubicado en el paseo fluvial que conduce hasta la presa del embalse de la localidad que bordea el cerro de La Culebra.
Otro yacimiento en el entorno de Alange, lo encontramos en el conocido como cerro Perdiguero. Se trata de unas cazuelas labradas en roca que suelen tener formas semiesféricas y su fecha puede estar entre el Paleolítico Medio hasta la Edad del Hierro.
Posiblemente fueran realizadas para ofrendas o sacrificios y están relacionadas posiblemente con rituales religiosos.
Podemos encontrar otras cazuelas similares en otras zonas de la localidad, ubicadas en el Callejón del Búho, junto al Callejón de los Frailes y en la zona de los Mercaillos, ambos en el cerro del castillo.
Fuente: Juan Diego Carmona Barrero.