Longitud de la ruta: 3 km (aproximadamente).
Duración: 2 horas (aproximadamente).
Dificultad: Alta.
Época: Otoño, invierno y primavera.
Localización: Castillo de la Culebra, situado en el cerro del mismo nombre. Se accede desde la calle Castillo. Para la subida usamos una senda, próxima a los depósitos de agua.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA RUTA IBN-MARWAN
Esta ruta conduce al senderista a la época musulmana.
En el año 875, una revuelta encabezada por el musulmán Ibn Marwan desencadenó un enfrentamiento contra el Emir de Córdoba. Los sublevados tomaron como cuartel general la fortaleza de Alange, desde la cual realizaron toda una serie de correrías por la comarca con el fin de abastecerse.
Avisado el Emir de la sublevación, envió a su ejército para acabar con ella. La operación no fue nada fácil, ya que los sublevados resistieron un asedio de más de 3 meses en el que protagonizó un papel fundamental el agua.
Los aljibes del castillo permitieron la resistencia, finalizando el asedio gracias a la firma de un acuerdo entre Ibn Marwan y el Emir Muhammad. En aquel pacto se acordó que Marwan abandonaría la fortaleza de Alange y se asentaría en un pequeño cerro, llamado el cerro de “la muela”, junto al rio Guadiana, lugar de donde después nacería la ciudad de Badajoz.
RECORRIDO
La ruta comienza en la Oficina de Turismo subiendo por el paseo lateral que recorre toda la carretera que une con Palomas, hasta llegar a la Calle Castillo. Allí, subirá una pequeña pendiente continuando por el sendero que llevará al caminante hacía la izquierda uniéndose al camino aledaño a los depósitos del agua donde el senderista irá conquistando terreno, atravesando zonas salpicadas tan sólo por acebuches, tomillos y matorrales junto a las hermosas orquídeas y los almendros en su época de floración.
A media ladera encontramos una bifurcación desde donde acceder a uno de los tres aljibes de agua natural que se pueden ver en la falda del castillo. Para ello, se debe entrar por una de las primeras puertas que se encuentra en el sendero la cual está formada por un arco que transporta al caminante al S. IX.
Entre murallas y roquedos la conquista del castillo continua hasta la “Puerta del Sol”, con un pequeño mirador, desde el que se puede apreciar la forma de campana que tiene Alange y, como si fuera un soldado enviado por el Emir de Córdoba Muhammad I, el caminante continúa su acceso por una senda estrecha cercada de rocas y peñas para encontrarse de frente con el cuerpo principal de la fortaleza, siendo este uno de los tramos más dificultosos de toda la ruta.
El senderista puede imaginar las cruentas luchas que se librarían delante de la Torre del Homenaje o cómo los árabes pudieron dominar toda la comarca, ahora transformada con impresionantes panorámicas del lago desde donde se pueden divisar las numerosas poblaciones circundantes: Mérida, Don Álvaro, Villagonzalo y La Zarza, entre otras, además de lugares de interés medioambiental como el río Guadiana, la Sierra de Peñas Blancas y la Sierra Grande de Hornachos.
Tras haber conquistado el castillo, el caminante comenzará su bajada contemplando los restos de una calzada de la antigua puerta de Mérida y con los mejores tramos de la muralla de poniente que se conservan, dejando a la izquierda los promontorios rocosos cuarcíticos conocidos como “Callejón de los Frailes” que mira a la presa.
La bajada se producirá por la zona de umbría, donde se encuentra una vegetación más cerrada debido a las condiciones climatológicas de la zona. Se bordeará otro de los aljibes dejando el cerro a la derecha divisando algunos de los torreones suspendidos en los roquedos. La senda se une al camino aledaño a los depósitos de agua para bajar por el mismo lugar que accedió.
ENTORNO
El macizo rocoso del cerro del Castillo por su configuración presenta dos zonas con distintas condiciones climáticas, la solana con una vegetación resistente al sol y a las altas temperaturas, y la umbría, con una riqueza botánica que solo sería posible en sus condiciones de humedad.
Debido a sus condiciones climáticas y a su entorno natural, posee una gran riqueza botánica gracias a la cual podemos citar diversas especies de orquídeas, lirios, el majuelo, geranio silvestre, cornicabra y acebuche. También podemos ver una amplia variedad de aves: roquero solitario, collalba negra, águila perdicera, vencejo real, vencejo cafre, golondrina daúrica, escribano montesino y búho real. Entre los reptiles los más comunes son la culebra bastarda, de herradura, culebra lisa meridional, salamanquesa rosada, la lagartija colirroja y el tritón pigmeo.
Longitud de la ruta: 6,5 km.
Duración: 2 horas (aproximadamente).
Localización: Entre la Zarza y Alange.
Dificultad: Media-Baja.
Época: Todo el año.
Recomendaciones: Calzado adecuado, ropa cómoda y ligera.
La Jabata es un pequeño valle situado en la solana de la Sierra de Peñas Blancas. La ruta parte de la Oficina de Turismo para transitar por el hermoso Paseo de las Huertas que bordea los bien cuidados jardines terapéuticos del Balneario de Alange.
Continúa con la subida por las típicas cuestas de la población, tales como la Calle Ermita, la cual muestra a la izquierda la Ermita de San Bartolomé (siglo XVI), lugar sagrado que encierra historia de romanos, visigodos y mozárabes, para seguir subiendo por una de las cuestas más pronunciadas, la Calle Luis Chamizo, donde las casas muestran sus calzadas, promontorios de acceso a las viviendas para nivelar el terreno y que forman parte de la arquitectura popular del pueblo. Subiendo esta cuesta, se comienza a divisar el embalse a las espaldas del caminante hasta que se alcanza La Mesilla, parte llana en lo alto del cerro sobre el que se asienta Alange y la zona más moderna de la población.
A partir de este punto, la ruta sale de casco urbano por el camino que comienza a subir hacia la Sierra de Peñas Blancas divisando sus llamativos crestones cuarcíticos al fondo. El gran mar interior de Alange, estará presente durante casi toda la subida, hasta llegar a un eucaliptal donde se encuentra inmerso el Cancho de los Enamorados. Al finalizar el eucaliptal, la ruta llega al Puerto de Palomas, importante zona de paso de aves por ser el punto de menor altitud de la cadena montañosa de las Peñas Blancas y donde se puede contemplar la diferencia entre su umbría a la izquierda y su solana a la derecha. Punto éste en el que el camino se bifurca y se convierte en senda, teniendo que continuar por la de la derecha. Senda muy estrecha que comienza a bajar entre olivares hacia el Arroyo de las Madilas con unas majestuosas paredes de piedra que aterrazan la ladera a la izquierda.
Cruzado el arroyo, se sigue por un camino paralelo al mismo arroyo arriba, pasando por una charca y llegando a una explotación de ganado ovino y caprino donde se puede contemplar un antiguo cobertizo de piedra. El caminante continúa la ruta siguiendo la señalización hasta llegar a otra explotación ganadera y continuar de nuevo por el sendero.
A la izquierda del camino, se encuentra la huerta de tradición morisca de la Jabata, un olivar que conserva pozo abovedado, noria, acueducto, acequias y albercas con posiblemente más de 400 años de antigüedad.
Desde este punto se divisa de nuevo el embalse y el Cerro del Castillo de la Culebra, indicativos de que Alange se encuentra cerca. Tras cruzar la Carretera de Palomas, el camino volverá a atravesar de nuevo el Arroyo de la Mandilas en otro punto dejando a la derecha el Huerto Moral, otra huerta de tradición morisca donde predomina el naranjo y que conserva pozo y alberca.
Una vez atravesada por segunda vez la Carretera de Palomas aparece a la izquierda del sendero la Mina del Tierroblanquero, una antigua explotación para la extracción de pizarra sericítica o caolín, popularmente conocida como tierra blanca. La ruta vuelve al casco urbano, se encuentra de nuevo con la Emita de San Bartolomé y continúa por la Calle Baños para disfrutar del Manantial que surte al Balneario conocido como la Fuente del Baño, del Lavadero Público, el Pilar de los Burros, o las calzadas comunitarias que elevan la acera varios metros sobre la calle. Por la Calle Nueva se alcanza de nuevo el Paseo de las Huertas, llegando así al punto de partida.
EL ENTORNO
Vegetación propia de solana y de umbría con gran diversidad de especies de orquídeas en su época de floración destacando la Serapias perez-chiscanoi, especie endémica del valle del Guadiana donde encontramos en Alange la mayor población a nivel mundial. También caben destacar los rodales de serapias cordigeras.
Entre las aves destacan el vencejo pálido, collalba negra y rubia, cogujada montesina, águila real, rabilargos, buitre leonado, curruca, abubilla, roquero solitario, mochuelos , oropéndola y escribano soteño. También observaremos algunos zorros, tejones, comadrejas y jinetas.
Longitud de la ruta:5 km (aproximadamente).
Duración: 2 horas (aproximadamente).
Dificultad: Baja.
Época: Todo el año.
Localización: Paseo y recorrido por parte del Valle de la Jabata.
RECORRIDO
La Jabata es un pequeño valle situado en la solana de la Sierra de Peñas Blancas. La ruta parte de la Playita para transitar por el hermoso Paseo que va bordeando el pantano conocido como el paseo fluvial para disfrutar de la cercanía del agua en el lago y del Cancho de la Picota, un promontorio rocoso que unas veces es isla y otra es península.
Este paseo se continúa con un sendero paralelo al lago y bajo el pinar del Mirador de la “Pata del Buey”, otro de esos promontorios rocosos emblemáticos con mucha historia, para subir por una urbanización de reciente construcción, dónde se encuentra el Centro de Alto rendimiento de piragüismo, para después llegar a una hermosa avenida donde disfrutar de hermosas casas solariegas y de la Fuente “Monumento al Agua” que conmemora que Alange es uno de los pueblos más ricos en aguas no cloradas de toda Extremadura.
El paseante debe continuar por la Carretera de La Zarza, donde tras pasar por la parada de autobuses, llega al popularmente conocido como Paseo de la Carretera de los Árboles con unas privilegiadas vistas de las Vegas del Matachel y del Guadiana, con el Cerro del Alajón en medio y la capital extremeña al fondo.
Tras este paseo, el caminante subirá por la Calle Teatro, para poder contemplar la Iglesia, desde aquí iremos dirección al Colegio Público hasta encontrar el Mirador del Corazón de Jesús. Llegaremos después a la Mesilla, parte llana en lo alto del cerro sobre el que se asienta Alange y la más moderna de la población.
A partir de este punto, la ruta sale de casco urbano por el camino que comienza a subir a hacia la Sierra de Peñas Blancas divisando sus llamativos crestones cuarcíticos al fondo. El gran mar interior de Alange, estará presente durante casi toda la subida, hasta llegar a un eucaliptal donde se encuentra inmerso el Cancho de los Enamorados. Al finalizar el eucaliptal, la ruta llega al Puerto de Palomas, importante zona de paso de aves por ser el punto de menor altitud de la cadena montañosa de las Peñas Blancas y donde se puede contemplar la diferencia entre su umbría a la izquierda y su solana a la derecha. Punto éste en el que el camino se bifurca y se convierte en senda, teniendo que continuar por la de la derecha. Senda muy estrecha que comienza a bajar entre olivares hacia el Arroyo de las Madilas con unas majestuosas paredes de piedra que aterrazan la ladera a la izquierda.
Cruzado el arroyo, encontramos una señal que nos indica dos direcciones hacia la Ruta al Valle de la Jabata o bien La Ruta de la Luna Marinera, que es la que seguiremos. Desde este punto se divisa de nuevo el embalse y el Cerro del Castillo de la Culebra, indicativos de que Alange se encuentra cerca. Tras cruzar la Carretera de Palomas, el camino volverá a atravesar de nuevo el Arroyo de la Mandilas en otro punto dejando a la derecha el Huerto Moral, otra huerta de tradición morisca donde predomina el naranjo y que conserva pozo y alberca.
Una vez atravesada por segunda vez la Carretera de Palomas aparece a la izquierda del sendero la Mina del Tierroblanquero, una antigua explotación para la extracción de pizarra sericítica o caolín, popularmente conocida como tierra blanca. La ruta vuelve al casco urbano, se encuentra de nuevo con la Emita de San Bartolomé y continúa por la Calle Baños para disfrutar del Manantial que surte al Balneario conocido como la Fuente del Baño, del Lavadero Público, el Pilar de los Burros, o las calzadas comunitarias que elevan la acera varios metros sobre la calle. Por la Calle Nueva se alcanza de nuevo el Paseo de las Huertas, llegando así al punto de partida.
Longitud de la ruta: 17 km.
Duración: 3 horas y 45 minutos (aproximadamente).
Tipo: Circular.
Dificultad: Baja.
Inicio y Fin: Comienza y finaliza en Alange.
Época: Primavera, Otoño e Invierno.
Recomendaciones: Llevar calzado adecuado, ropa cómoda y ligera. No olvidar prismáticos ni cámaras fotográficas para la observación de aves.
La ruta parte de la Oficina de Turismo, donde se indicará como llegar hasta el lugar de comienzo del corredor situado cerca del cruce de la carretera, que nos llevaría a Mérida y donde podrá encontrar información de dicha ruta.
Partimos de una zona con paisaje de cultivos de regadíos, como maíz y tomates, y tomamos dirección río Matachel. Una vez nos hemos empapado de todo tipo de cultivos de esta parte de los regadíos extremeños alcanzamos el río. A esta altura podemos dejar un instante nuestra ruta y, girando a la izquierda, visitar una ermita y su entorno. De vuelta al recorrido señalizado tendremos la posibilidad de caminar, bien por la perfecta pista que nos acompaña en el trayecto o bien haciendo algunos tramos entre bosques de riberas muy accesibles en esta parte del Matachel. Pasear entre fresnos y sauces con la corriente a nuestra vera es una de las mejores sensaciones que nos podemos llevar de la naturaleza de esta zona ribereña.
Al igual que en las otras rutas, hay que señalar en este espacio entre Guadiana y Matachel las aves de ribera con sus espectaculares cantos, que pueden ser el mejor compañero de camino. La sintonía que nos regalaran oropéndolas, ruiseñores, tanto común como bastardo, carriceros comunes o tordales, zarceros comunes y currucas acompañan a otra de las especies que nos sorprenderá si paseamos cerca de la orilla por este primer tramo de la ruta por el Matachel: la golondrina común apostada por decenas en las ramas que cuelgan buscando la luz del centro del cauce.
Evidentemente tendremos en cuenta la época del año en que hagamos la ruta, el invierno nos roba tanto a estos bellos pájaros como a otros, pero lo compensa con la venida de los noreuropeos. Garzas y limícolas pueden contemplar la fauna ornítica del recorrido por este tramo.
La ruta nos irá separando del cauce como queriendo castigarnos con el apagado de los cantos, pero tal vez lo único que quiera es mostrar esa exuberancia de los cultivos cautivos forzosamente de este sistema fluvial por el que paseamos. Será solo un paréntesis antes de volver al cauce a la altura de un molino harinero conocido con el nombre de Rabia y que está perfectamente identificado e interpretado a través de la señalética. Por suerte, no será el único que podremos disfrutar en la ruta.
Continuamos por la margen derecha hasta cruzar el río por un badén a la otra orilla, buscando poco después alejarse para conocer algo de la implantación del regadío. Estaremos rodeando el cerro Alajón para irremediablemente volver al rey de la ruta, el río Matachel. En este último tramo por la orilla izquierda, pasaremos por zonas hortícolas que dan idea de la calidad de estas tierras. La orilla vuelve a deleitarnos con el mismo bosque galería del comienzo, no en vano estamos en el mismo tramo de río solo que en la otra orilla. Nos encontraremos con una zona de descanso muy cerca de los restos de un antiguo pozo que aún conserva parte de la maquinaría para extraer agua.
Volvemos a cruzar el río a la altura de la ermita y, por el mismo camino por el que vinimos, regresamos al punto de partida para finalizar este trayecto.
Este último tramo, lejos de parecer repetitivo, se nos revelará diferente ya que el sentido en que andamos nos coloca la sierra y el imponente castillo de Alange como absolutos protagonistas. Debemos prestar atención también a las aves que este espacio rocoso nos brinda ya que podremos contemplar tipos muy diferentes a las que hasta ahora nos han acompañado como grandes rapaces, incluido el Águila Azor. Si tras la caminata nuestro cuerpo lo que nos pide es relajación, nada mejor que el balneario de origen romano que centra buena parte de las vistas turísticas de la zona.
**Informar al visitante que la señalización se pierde en algunos tramos, por lo tanto recomendamos informarse en la Oficina de turismo o bien disponer de la ruta en la aplicación Wikiloc.
Fuente: Folleto de Corredores Ecofluviales de la provincia de Badajoz.
Longitud de la ruta: 7km (aproximadamente).
Duración: 2´5 horas (aproximadamente).
Dificultad: Media-Baja.
Época: Otoño, invierno y primavera.
Tipo: Lineal.
En esta ruta el caminante volverá al origen de los tiempos, cuando los humanos habitaban en los refugios que le proporcionaban los abrigos en los roquedos y solo subsistían de la caza y la pesca.
El senderista comenzará esta Ruta en el Parque de la Explanada (Oficina de Turismo) accediendo hasta el centro de la población subiendo por las cuestas más típicas de la localidad, las Calles Belén y Baños con sus calzadas de acceso a las viviendas, para llegar a la Plaza de España y disfrutar del arte mudéjar en la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de los Milagros (Monumento Histórico Artístico). Detrás de la iglesia, la ruta continúa por la Calle Jarilla pasando por el Cancho de la Piedra Loba y subiendo por la Calle Sartén que conduce hasta el punto más alto de la población, los Canchos de los Toros con su espectacular Mirador del Corazón de Jesús, lugar donde los historiadores documentan el primer asentamiento humano en el casco urbano de Alange.
Tras este espectacular mirador, la ruta pasa por el casco urbano más moderno de la población para a continuación salir de la misma por el camino que comienza a subir a la sierra divisando sus llamativos crestones cuarcíticos. El gran mar interior de Alange estará presente durante casi toda la subida hasta llegar a un eucaliptal donde se encuentra inmerso el Cancho de los Enamorados. Al finalizar el eucaliptal, la ruta llega al Puerto de Palomas, importante zona de paso de aves por ser el punto de menor altitud de la cadena montañosa de las Peñas Blancas en donde el camino se bifurca y se convierte en senda, teniendo que continuar por la de la izquierda. Senda muy estrecha rodeada de espesa vegetación de umbría con los roquedos a siempre a la izquierda.
El último tramo del recorrido posee una fuerte pendiente desde el cual se divisa el Abrigo de “Las Calderitas” donde disfrutar de unas pinturas rupestres esquemáticas con más de 5000 años de historia.
El caminante regresará al punto de partida haciendo el mismo recorrido de vuelta.
**La ruta se encuentra señalizada, pero aun así se recomienda informarse en la Oficina de turismo o bien disponer de la ruta en la aplicación Wikiloc.
ENTORNO
Vegetación propia de solana y de umbría como la jara o el tomillo.
Dentro de las aves que podemos avistar encontramos: vencejos pálido, collalba negra y rubia, cogujada montesina, águila real, rabilargos, buitre leonado, currucas, abubilla, roquero solitario, búho real, oropéndola y escribano soteño. Con un poco de suerte también podremos observar lagartos ocelados, culebras de herradura, tejones, ginetas o comadrejas que completarán las delicias de tan agradable paseo.
Los Encantos de Alange (Ruta 5)
Longitud de la ruta: 10 km.
Duración: 3 horas y 30 min (aproximadamente).
Dificultad: Media – Alta.
Tipo: Circular.
Esta ruta, presente en el interior de la comarca de Sierra Grande – Tierra de Barros, tiene el agua como protagonista principal de un entorno salpicado de fuentes y manantiales, arquitectura morisca (huertas, pozos, norias y acequias) y espacios naturales incluidos en una ZEPA diversa en hábitats, flora y fauna que conforman un patrimonio tanto natural como cultural reconocido, que la convierten en un paseo inolvidable. Su inicio y fin coinciden en la OIT y Centro de Interpretación del “Corredor Ecofluvial Guadiana, río Matachel”, punto de información para la comprensión de los hitos que nos iremos cruzando, así como de las especies de flora y fauna.
Tomaremos por el paseo fluvial que recorre la orilla del embalse en dirección al castillo, gozando de la cercanía de la gran masa de agua. Giraremos a la izquierda por la Calle Castillo hasta dejar las últimas casas del pueblo y proseguir por un sendero de subida señalizado, aunque en algunos tramos habrá que poner especial atención. Se trata de la parte del recorrido con mayor dificultad por la pendiente de ascenso pero a lo largo de él se disfruta de inigualables vistas del embalse. A media ladera llegamos al primer recinto amurallado, cruzamos la Puerta del Aljibe para introducirnos en él y ver un hermoso aljibe natural rodeado de vegetación de umbría. Continuamos el ascenso hasta topar con la Puerta del Sol, construida sobre roca, que ofrece un pequeño mirador con llamativas panorámicas de la Villa, el embalse y los parajes naturales de sierras y valles que la rodean. Avanzamos por una estrecha vereda cercada, de peñas cuarcíticas, hasta comenzar a ver los primeros vestigios de la fortaleza denominada por los árabes Hisn Al-Hanash (Castillo de La Culebra), construida en el S.IX en lo alto del cerro al que da nombre. Entre los restos mejor conservados destacan la Torre del Homenaje, un torreón circular y una calzada de dicho siglo. Desde la cima de este punto estratégico se divisan varias comarcas y un magnífico entorno compuesto por el embalse y la Sierra Grande de Hornachos (ZEPA y LIC) al Sur, las Vegas del Guadiana al Norte, la Sierra de Peñas Blancas al Este y la Sierra de San Serván al Oeste.
El descenso lo haremos por el camino de la umbría, de dificultad baja, hasta llegar a los depósitos de agua que nos conducen a la Calle Castillo y a la izquierda San Gregorio con su Ermita (cerrada, para poder verla es necesario contactar con la Oficina de Turismo), para seguir de frente por la Calle Encomienda, donde se encuentra la Fuente Monumento al Agua y la Casa que le da nombre (S.XVI), sede de la Encomienda de la Orden de Santiago.
Avanzamos hasta descansar en la Plaza de España donde se erige la Iglesia de Ntra. Sra. de los Milagros (S.XVI), detrás de la cual parte la Calle Coso que nos lleva hasta unas escaleras que suben a los Canchos de los Toros, mirador natural con admirables vistas casi aéreas del casco antiguo de la población; proseguimos girando a la izquierda por la Travesía Coso y de nuevo a la derecha por la Calle Cancho de los Enamorados donde se encuentra un panel interpretativo de la ZEPA que nos marcará el inicio de la segunda parte de la ruta.
Un camino de subida nos lleva por el paraje de La Mesilla, siempre divisando el embalse a la derecha y el Castillo a nuestra espalda. Llegamos a un eucaliptal en cuyo interior se encuentra un promontorio rocoso conocido como Cancho de los Enamorados, cerca del cual divisamos otro panel relativo a la ZEPA, siendo este lugar idóneo para observar aves. Seguimos la estrecha senda de la derecha, descendiendo por la de solana de las Peñas Blancas hacia el Valle de la Jabata pasando, junto a lindes de piedra, por un pequeño arroyo eventual y una charca artificial para, girando hace la derecha, abrir una cancela y seguir entre jaras por un sendero paralelo a una alambrada, hasta llegar a otra cancela y bajar una pequeña pendiente en un olivar privado, accesible y correctamente señalizado. A escasos metros giramos a la derecha tomando de referencia una casita. En este nuevo camino, antes de atravesar la carretera de Palomas, se divisa a la izquierda la Huerta de tradición Morisca de la Jabata. Atravesamos la carretera, caminamos unos metros y antes de llegar a otro eucaliptal, vemos a la derecha tras una alambrada otra de las huertas de tradición morisca denominada Huerto Moral. Volvemos a cruzar dicha carretera para entrar en tramo urbano por la Calle Huerto Moral y Baños donde veremos la Ermita de San Bartolomé, bordeando el Balneario de Alange donde se encuentran las Termas romanas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, únicas en todo el mundo y que se surten de las aguas mineromedicinales del Manantial del Baño; encontraremos también el Pilar de los Burros y el Lavadero Público. Seguimos por la Calle Nueva y llegamos a la explanada donde se encuentra nuestro punto de partida.
EL ENTORNO
Debido a condiciones climáticas del cerro del Castillo y a su entorno natural, posee una gran riqueza botánica, podemos citar, diversas especies de orquídeas, lirios, el majuelo, geranio silvestre, cornicabra y acebuche. También podemos ver una amplia variedad de aves: roquero solitario, collalba negra, águila perdicera, vencejo real, vencejo cafre, golondrina daúrica, escribano montesino y búho real. Entre los reptiles los más comunes son la culebra bastarda, de herradura, culebra lisa meridional, salamanquesa rosada, la lagartija colirroja y tritón pigmeo.
En el entorno de la Sierra Peñas Blancas y el valle de la Jabata por donde transcurre la segunda parte de esta ruta, podemos observar un suelo calizo y diferentes especies arbóreas como la jara, el eucalipto, la retama, el acebuche, el tomillo, la cornicabra y el olivo.
Nos encontramos una fauna compuesta por liebres, conejos, zorros, diferentes especies de reptiles y aves como el águila ceniza.
En el siguiente enlace podéis encontrar un mapa de la ruta con su perfil: Los Encantos de Alange.
Paseo Conoce Alange
Longitud de la ruta: 3 km (aproximadamente).
Duración: 2 horas (aproximadamente).
Dificultad: Baja.
Época: Todo el año.
Localización: Paseo para disfrutar del encanto de nuestra localidad, no dejes de recorres sus calles sinuosas y a la vez hermosas.
En este paseo urbano el caminante tendrá la oportunidad de conocer los lugares más emblemáticos de la localidad.
La ruta comienza en la Oficina de Turismo para continuar por el paseo fluvial con vistas al Cancho de la Picota, un promontorio rocoso que a veces es isla y a veces es península, y seguir por el camino que bordea el Mirador de la “Pata del Buey” se continuará subiendo por una urbanización de reciente construcción para llegar a una bella avenida donde disfrutar de hermosas casas solariegas y de la Fuente “Homenaje al Agua” que conmemora que Alange es uno de los pueblos más ricos en aguas no cloradas de toda Extremadura.
La ruta continúa por la antigua Calle Pública del Rey hoy renombrada Calle de la Encomienda, donde es parada obligada la casa de la Encomienda. En la actualidad es propiedad privada y cuenta en su fachada con uno de los escudos de los comendadores de la Orden de Santiago.
El paseante continuará hasta la Plaza de España. En ella se encuentra la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de los Milagros, de estilo gótico-mudéjar, donde tendrá la opción de contemplar su interior o continuar su paseo por las Calles Jarilla y Sartén para subir hasta el Mirador del Corazón de Jesús en donde disfrutar de inigualables panorámicas hacia cualquiera de los cuatro puntos cardinales.
El caminante continúa bajando por la Travesía Coso, la cuesta más empinada de la población, para llegar hasta la Ermita de San Bartolomé donde puede hacer una parada para disfrutar de los restos arqueológicos romanos, visigodos y cristianos que en su interior alberga. Tras la ermita encontramos la Fuente del Baño, donde podrá probar el agua mineromedicinal del manantial que surge al balneario para, a continuación, ver el pilar donde se refrescaban los animales no muchos años atrás y entrar en el lavadero, antiguo lugar de reunión de las vecinas que usaban para lavar y como medio de comunicación local, hoy reconvertido en centro de interpretación del agua.
La ruta termina bajando la Calle Nueva haciéndonos llegar al lugar de inicio.
ENTORNO
En esta ruta se puede disfrutar de algunos de los lugares más emblemáticos de Alange, como de las vistas que ofrecen los paisajes que rodean la localidad. En la iglesia, por ejemplo, está una de las mayores colonias de vencejo pálido de toda Extremadura. Dentro del casco urbano se pueden divisar aves como vencejos, cigüeñas blancas, lechuzas, golondrinas, aviones comunes, colirrojos tizón, etc. También se pueden observar aves acuáticas como el somormujo lavanco o pato colorado.